jueves, 31 de enero de 2008

Recut

Hablando de cine he seleccionado unos cuantos trailers que he visto en youtube de posibles películas. ¿Y por qué digo posibles? Bueno porque aun siendo imágenes de unos determinados films, el resultado del montaje aparentan ser unas películas totalmente distintas a la que en realidad son. Lo llamado por el anglosajón término Recut.

Empezaremos por un clásico, y que alguién muy aburrido y con ingenio se ha dedicado a hacer, y nos brinda ante nuestros ojos lo que muchos ya sabíamos (sí, sí, mucho antes que Tarantino lo expusiera en una de las escenas de Reservoir Dogs) la verdadera relación entre Iceman y Maverick, de Top Gun:



Pero todavía hay más. Cuando en Hollywood las relaciones homosexuales llevadas al cine parecían no tener buena aceptación, los guionistas de Rain Man tuvieron que reestructurar la auténtica historia que querían contar y hacer que los personajes del gran defensor de la cienciología y mi querido Dustin Hoffman fueran hermanos en lugar de amantes, he aquí la versión censurada:



Y siguiendo con el romanticismo, a continuación, la posibilidad de ver la escalofriante El Resplandor convertida en una historia de amor y ternura:



Después de esto a uno se le queda el cuerpo descompuesto y con ganas de ver el efecto a la inversa, así que nada tan terrorífico como un referente infantil o un payaso, y no, no estoy hablando de IT ni de Torrebruno, si no de la cándida y entrañable Mary Poppins en eso mismo, una película de miedo:



Para seguir abriendo este abanico de múltiples posibilidades que tal ver una de las últimas series de televisión más irónicas y cargada de humor en una peli de suspense e intriga con asesino misterioso, The Office Summer 2008 XD



Ya para terminar, y para cerrar el círculo, un ejemplo del futuro cine que nos podría llegar de Tom Cruise abriéndose nuevos horizontes en Bollywood si no le dan el papel para co-protagonizar junto a Jake Gyllenhaal la segunda parte de Brokeback Mountain:

lunes, 28 de enero de 2008

Into the wild

Si quiero ver supervivientes pongo telecinco. Si quiero ver callejeros, cuatro. Si lo que quiero es pegarme una buena siesta con paradisíacos paisajes de la naturaleza salvaje con una voz en off, soporífera e innecesaria, que va narrando lo que el espectador observa ante la evidencia de las imágenes (la leona agazapada entre la maleza espera el momento más idóneo para atacar a la presa), entonces, veo un documental de La 2. O puedo volver a cuatro a ver un nuevo y carente de credibilidad capítulo de S.O.S Adolescente y como tras una terapia padres e hijos aprenden los unos de los otros y tratan de ser una feliz familia de anuncio de cereales. O puedo poner la misa matinal del domingo en La 2 para oír sermones del tipo: Perdonar es amar, y al amar Dios nos ilumina. O bien optar por un telefilm de drama doméstico un sábado por la tarde en Antena 3. Esperar a altas horas de la madrugada para ver los vídeoclips de la MTV que pasan por el canal local de turno. O si lo prefiero, y lo mío es ir de post-moderna gafapasta de todo a 100, siempre me quedarán programas como Silenci? Del 33 (lo lamento, no hallo un símil de otro programa en las televisiones estatales, se admiten sugerencias en el apartado de comentarios)
¿Por qué digo todo esto? Pues porque al que le apetezca ver un compendio de todo esto no dude en ir a ver Hacia rutas salvajes.

Si sigues leyendo descubrirás spoilers pero, tampoco pasa nada si los conoces de antemano.

Mis resoplidos en la sala de proyección iban en aumento cada vez que, con cierto bochorno por mi parte, tenía que soportar las cómplices risas de algún espectador enfrascado en la historia de la cual estoy convencida que a la salida anunciarían ilusionados lo bonita y profunda que es y lo mucho que les ha gustado. Francamente, a mí me entraba la risa, por no llorar, de lo patético que me parece aferrarse al recurso fácil de tratar de llevarse al bolsillo al espectador y no esforzarse un poco más en ese intento (fallido en mi opinión) por hacer cine de calidad. Como algunas escenas lacrimógenas, con banda sonora incluida, muy buena, cierto, pero erróneo su uso en determinados momentos, o lo chachi que soy y lo bien que solito me lo paso. Ya que me resulta tan falso y grotesco que antes elijo la artificialidad de cualquier comedia romántica tipo Bajo el sol de la Toscana, si mi pretensión es ir a comprar sueños a granel.
No digo que la película no tuviese posibilidades de haberme cautivado, pero entonces la trama daba un traspié y se hundía torpemente en el fango de lo aborrecible. Múltiples son los ejemplos que podría citar, pero supongo que los más decepcionante ha sido el enfoque desde el que ha tratado la historia, sin querer faltar a la memoria de Chris, alias Alexander Supertramp, no creo que hacer “poesía visual” de las peripecias de un joven con gravísimas consecuencias en plena fase de rebeldía, sea la mejor manera de desarrollar el discurso, si es que lo hay. Vamos, a mí lo primero que se me ha pasado por la cabeza al terminar la peli ha sido: Pero que gilipollas el niñato, después de sobrevivir a un durísimo invierno en condiciones climatológicas totalmente adversas va y la palma a la llegada de la primavera por ingerir unas bayas venenosas. Bueno, por lo menos le costó dos años aprender la lección, dos menos que lo que dedicó en sacarse una carrera. Hasta ese momento estaba hasta mosqueada, que en tanto tiempo pocas eran las situaciones ingratas en las que se había encontrado: Que si una paliza por viajar de polizón en un tren de mercancías, que si la mayor tragedia de su vida había sido matar al alce (de hecho, para ser exactos, el no tener ni puta idea de cómo conservarlo para evitar que se pudriera antes de poder comérselo y ser un maldito inútil era la auténtica tragedia) y en contraposición a estas minucias y motivo de mi cabreo, la absoluta libertad de desprenderse de toda posesión y obligación que desprenden las bucólicas imágenes que nos brindan, con esa idea tan anhelada por muchos de vivir ahora como quiero y donde quiero, esas magníficas puestas de sol, ese dominio del rafting (atención al ¡El casco imbécil! Que le recriminan mientras baja el río en cayac, otro motivo más para echarse los dedos a la boca y vomitar), el conocerse a sí mismo alejándose de todo (¿hace falta irse tan lejos?), la bondad de los extraños que se encuentra por el camino y que de una y otra manera todos quieren formar parte de su familia porque es un chico de lo más majete a pesar de estar cubierto de rabia por creer que el mundo es un lugar inhóspito en el que reina la maldad y la hipocresía de la sociedad sin tener consideración del dolor que causa a quienes le quieren (sí, sí, le estoy juzgando, ¿pasa algo? O sí, que al final aprende, alcanza la sabiduría… puag) El mozo es de lo más inteligente, lee a Tolstoi, pero luego es capaz de reaccionar por una frase de un discurso político, si es que hay que tener cuidado con quienes escriben estos discursos ¿Porqué esperar si se puede hacer ahora?
Sinceramente, después de dos horas y media (interminables) de película, no acaba de quedarme claro qué quiere explicar. ¿Es simplemente mostrar el viaje iniciático de un jóven a la búsqueda de si mismo? (esto queda muy bien como sinópsis de la peli, lo he oído/leído ya en varias partes), ¿Es el pretexto para desarrollar un discurso filosófico de manual de bolsillo de cómo alcanzar la felicidad en cinco pasos? Personalmente no necesito subir a un peñasco con riesgo de romperme la crisma para apreciar la belleza del mundo y de la vida y saborear mi “libertad”. ¿Si tu hijo no quiere llevar calcetines, sácatelos tú también antes de que sea demasiado tarde?...
Trataré de dar fin a este inagotable cúmulo de increpancias, pero es que ha sido una película de lo más inspiradora para masacrar a gusto y dar rienda suelta a mi corrosiva intransigencia, que creo de obligada exposición para compensar las prodigiosas alabanzas que por otro lado ha recibido y me temo que seguirá recibiendo lo que ya he titulado: Sin trauma no hay paraíso.

Para ser justos con Christopher McCandless opto por colgar este youtube antes que el trailer o cualquier fragmento de la película.

martes, 22 de enero de 2008

Con fusión


Me entró hambre y fui a asaltar la cocina a ver que encontraba. Daba igual que pocos minutos antes ya hubiera estado registrando todos los armarios, nevera y despensa, seguiría habiendo lo mismo, pero es un impulso que no podemos evitar los neuróticos compulsivos en pleno ataque ansioso. Le había echado el ojo a medio fuet que colgaba de uno de los clavos que tengo en la estantería de madera, así que esta vez me serví un trozo. Lo volví a poner en su sitio y mientras me peleaba quitándole la piel oí un doble sonido: Dos relojes descompasados con su tic tac me perforaban la sien. Me volví y entonces me di cuenta, uno de ellos no era otra cosa que el mismísimo embutido que había quedado balanceándose y el roce con la repisa del envoltorio que lo protege emulaba el compás de una minutera. El otro era, efectivamente, el ruido del reloj de cocina. Debería ajustar la hora, cada día se retrasa unos minutos pero, creo que si dejo que siga su curso volverá de nuevo a marcar la hora exacta.

sábado, 19 de enero de 2008

Quizás

Estaba pensando en esas personas que en un pasado se fracturaron alguna parte de su cuerpo y en los cambios de tiempo, habitualmente lo que llamamos mal tiempo, son capaces de predecirlos porque se resienten en sus heridas. Carezco de cualquier indicador de este tipo que me advierta de los giros climáticos. Sin embargo, suelo padecer una angustia inexplicable cuando se avecinan problemas. No me guío por los ciclos lunares y como afectan estos a las mareas, ni tengo en cuenta los astros y sus conjunciones, pero me echo las manos a la cabeza cuando ese nudo oprime mi estómago.
Días atrás pensaba en las cartas al director de los periódicos, lo que ahora clasifican como el apartado de opinión de los lectores. Lo leemos, sí. Así como las columnas diarias o semanales que tienen adjudicados algunos periodistas o escritores, también los artículos de opinión. Y me cuestionaba sobre su utilidad. Puede que con su lectura remuevan conciencias, también puede ser un desahogo del autor, motivado más por la frustración que por una inquietud constructiva, pero llegaría a afirmar básicamente que no sirven para nada. Al igual que esta entrada y tantas otras de este blog u otras bitácoras. Pero poco importa. Todo seguirá igual con o sin estas aportaciones. O quien sabe. Nunca se puede saber quien está detrás leyendo y el modo en el que quizás le afecta a su vida y las consecuencias que derivan.
Tal vez sea todo cuanto hacemos una pérdida de tiempo, aunque los más optimistas dirán que es aprovecharlo. Quizás. De todas formas, acabamos en el mismo sitio.

Sabemos que es imposible poder llegar a lamernos nuestra propia nuca, entonces, ¿Porqué hay quien después de decirle que tampoco somos capaces de alcanzarnos el codo con la lengua todavía lo intenta?
Algunas imposibilidades no resultan tan obvias, con lo que estamos condenados a quedar en ridículo, pareciendo en sí lo que somos: Gilipollas.






jueves, 17 de enero de 2008

yo. Así, en minúsculas.

¿Alguna vez has querido poder empezar una nueva vida en un lugar en donde nadie te conozca y poder reinventarte a ti mismo?


Desde ayer, que vi esta película, que llevo dando vueltas en cómo encarar una entrada sin destriparla. Mi intención no reside tanto en hacer un comentario de ella, si no en despertar el interés de quien me pueda leer para verla.
Siendo una película lamentablemente de poca distribución comercial, con sólo cinco copias en toda España, aun siendo presentada en Cannes, 2007 como revelación del año, ganadora del premio de la crítica internacional en Rótterdam y la mención especial del jurado en Málaga; llego tarde para recomendar su visionado en la gran pantalla, aunque con cinco copias como he dicho, por más que se hubiera querido, el acceso a esta en su momento en cartelera, también hubiera sido difícil.
Podría extenderme en la situación del cine actual, la gran producción de películas y la descompensada e injusta distribución de films interesantes como el que presento en detrimento, por ejemplo, a otras dotadas por la gracia de padrinos que permiten un costoso marketing el cual facilita su propagación entre el público. No queda otra alternativa que esperar poder verla en dvd o en un pase especial en alguna filmoteca. Pero ni soy una experta, ni una gran conocedora del medio para entrar en debates de este tipo. Así que me limito a lo que se hacer, mi propia publicidad sobre lo que me gusta y deseo compartir.

Hans es un alemán recién llegado a Mallorca para trabajar para otro alemán que reside en la isla desde hace ya años y que pasará a ocupar el puesto que el anterior trabajador ha dejado.

Con esta breve sinopsis nos adentramos a disfrutar de una historia que, marcada por un suspense que se mantiene a lo largo de toda la narración, nos va desentramando el devenir del personaje principal, su angustia y su conflicto de identidad, desde el que seguimos los acontecimientos bajo su perspectiva. Al principio el espectador es un mero observador que nada conoce, a medida que avanza el film, lo hace tan próximo al protagonista que casi se convierte en sus propios ojos, sólo que sin llegar a saber qué le ronda por la cabeza y cuales serán sus próximas acciones, lo cual prolonga esa intriga sobre lo que va a suceder.

Recomiendo siempre leer entrevistas, críticas, comentarios y demás, siempre una vez vista la película. Claro que se requiere fundamentalmente una chispa para despertar el interés por optar por uno u otro film ya sea el trabajo del director, la debilidad por los actores, o el tema general que con cuatro pinceladas podemos conocer de la película. Pero para mí, lo mejor es ir al cine (o verla desde el sofá de casa) con la menor información posible, para no asistir condicionados a lo que vamos a presenciar. Desamparados de todo prejuicio, para captar con total pureza las sensaciones que nos vaya a causar la película.

Mis motivaciones para verla: Vi el trailer en la web del festival de Cannes y me llamó la atención. Alex Brendemuhl (y no por pasiones carnales, mal pensados, me fascina su trabajo interpretativo, además de ser, junto a Rafa Cortés, coguionista). Que mi pareja sea un lince a la hora de acertar el éxito asegurado sobre mis gustos, incluso antes de ver una película, y tenga la iniciativa (y capacidad) de conseguirla, saltando el obstáculo que mi carácter perruno me limita.

Así pues, os invito a ver yo (2007, Rafa Cortés) y si todavía queréis indagar más en cómo se elaboró, de donde surgió y quienes son los responsables de esta maravilla, podéis acudir a:

http://www.yo-thefilm.com

http://www.mabuse.cl/1448/article-76871.html

sábado, 12 de enero de 2008

5 Años

Hay noches que son muy largas. Hoy rememoro una de las que he vivido. Hace exactamente cinco años. Once interminables horas para ser precisos. Lo hago al son de las canciones de Amy Winehouse. Coincide que dan un concierto por TV. Mientras, en mi cabeza, después de conocer la noticia del día, todavía retumba la sosaina, insípida, edulcorada y prescindible letra que proponen para incorporar al himno nacional. Todo junto me hace pensar si no es una llamada más a sumergirme en la bebida.
Los gritos armónicos y afinados de la actual voz negra que injustamente la naturaleza ha dotado a esta mujer blanca, andan lejos de los desgarradores alaridos con los que me desahogaba para arrancar fuerzas y empujar. Tampoco los motivos por mi desvelo nada tienen que ver con los de aquella noche. La obligación por mantener mis ojos abiertos impera entre las múltiples normas de mi trabajo. La lluvia incesante a ratos inquieta y a ratos se torna canción de cuna. El replicar constante y monótono me transporta a un estado somnoliento difícil de combatir. Como un soldado en una de sus imaginarias, deambulo arriba y abajo sin más compañía que mis propios pensamientos.

Y mientras, antaño me concentraba en visualizar una gigantesca mariposa naranja que batía sus alas, lenta, muy lentamente entre los altos y delgados árboles de un bosque de paisaje otoñal. Con toda la gama de sus marrones, ocres, amarillos y anaranjados colores. Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez contaba rápidamente sin apartar la vista del insecto y vuelta a empezar. Técnica improvisada para paliar mis dolores; en esas mismas horas, hoy mato las horas terminando los últimos preparativos y el correspondiente repaso mental a la lista de cuanto necesito, no fuera que faltase algo, para que resulte una fiesta perfecta.

Un lustro se sucede fulminantemente ante mis ojos, rescatando algunos recuerdos al azar de mi memoria. En los últimos días me asalta la idea de que pasen otros cinco a igual velocidad aterrándome de que sin darme cuenta serán diez. Una década. Y otros no dejan de hablar del tiempo, del imparable paso del tiempo, de la fugacidad de la vida.

Entonces yo ya apuntaba maneras. Me había levantado un sábado por la mañana y a la 1 de la madrugada mi hijo me avisaba que era hora de salir, aunque la acomodada criatura no lo hiciera hasta las doce del mediodía. La habitación se llenó de visitas a lo largo de la jornada. Y de nuevo, la noche. Otra larga noche en la que la atmósfera nocturna me invitaba a la reflexión ¿Cómo iba a ser esto de pasar las noches en vela para calmar el llanto de este ser al que, por extraño que parezca, tenía que familiarizarme? No fue hasta la tarde del lunes, eran las tres, cuando por fin me quedé a solas con mi hijo y lloré. Lloré a consecuencia del miedo. Así como lo que suele pasar es que el terror te paraliza y al emocionarte lloras, a mí se me alteró la manifestación causa-efecto. La emoción al verle la primera vez me paralizó. Y una vez a solas con él lloré. Tanto lloré que por fin pude dormir unas horas junto a él.

martes, 8 de enero de 2008

Hablando con la muerte

"Palos y piedras pueden romper tus huesos,
pero las palabras causan daños permanentes."

"Soy hipócrita. Busco sinceridad y miento. Denuncio el sistema y caigo en él. Quiero dinero, poder, prestigio. Quiero promedios y éxito. Me importa un bledo tú o el mundo. Esa es la verdad.
Podría decir lo siento pero no lo haré. ¿Por qué? ¿Quien diablos sois, audiencia? Estáis encima mía cada noche como una jauría de lobos, por ello no puedo dar la cara ¿quienes sois y que habéis hecho?
Si, el mundo es un lugar terrible. Sí, el cáncer y los vertederos os atraparán. Sí, viene una guerra. El mundo es un infierno, y vosotros estáis sin esperanzas. Todo es echado a perder, y eso es lo que queréis, ¿no? Os fascinan los detalles sangrientos. Os hipnotizan vuestros temores. Celebráis inundaciones, accidentes de coche. Enfermedades incurables. Sois los más felices con el dolor de los demás. Ahí es cuando entro yo, ¿no es así? Estoy para conduciros de la mano por el oscuro bosque... de vuestro odio y cólera y humillación. Os doy un servicio público. Estáis tan asustados. Sois como niños bajo el amparo. Teméis al coco, pero no podéis vivir sin él. Vuestros miedos, vuestras vidas, son vuestro entretenimiento.
El próximo mes, millones de personas oirán este programa. ¿Y tú no tendrás nada de que hablar! Tenéis una gran tecnología a vuestra disposición en vez de alcanzar las alturas, veamos hasta donde podemos caer, cuanto nos hundirnos en el lodo ¿De qué queréis hablar? ¿Resultados de baseball? ¿Vuestras mascotas? ¿Orgasmos? Sois patéticos. Os desprecio a todos, a cada uno de vosotros. No habéis conseguido nada.
Absolutamente nada. Ni mentes, ni fuerza, ni futuro. Ningún deseo, ni Dios. Lo único en lo que creéis es en mí ¿Que sería de vosotros sin mí? No tengo miedo, ¿lo ves? Vengo cada noche, doy mis opiniones, y en lo que creo. Os digo lo que sois. Debo hacerlo. No tengo elección. Me asustáis. Vengo aquí cada noche, abuso de vosotros, os insulto, y volvéis a por más. ¿Qué pasa con vosotros? ¿Por qué seguís llamando? No quiero escucharos más. ¡Dejar de hablar! ¡Largaros! Sois una pandilla de cobardes, invertebrados, fanáticos, estremecidos, alcohólicos, insomnes, paranoicos, repugnantes, pervertidos, voyeurs, obscenos oyentes. Eso es lo que sois. Bien, al diablo con vosotros. No necesito sus temores ni vuestra estupidez. Sois un desperdicio. Burros antes que cerdo.
Si alguna persona tiene una idea... de lo que estoy hablando..."


"Talk Radio", Oliver Stone (1988)

viernes, 4 de enero de 2008

Uno más, uno menos

Un nuevo año y por el momento parece ser que lo único que ha cambiado es un número. 2008, año bisiesto, lo que significa un día más para cerrar otro año. No conceden unos minutos de prórroga en las vacaciones del calendario laboral, así que lo traduzco como más horas trabajadas. Año olímpico y aunque paso olímpicamente de estos eventos. Año par. No me gustan los números pares, ni las formas geométricas sin aristas y me decanto por la izquierda en cualquiera de sus formas o manifestaciones. Quizás, y se que no tiene explicación lógica alguna, la derecha, las formas redondeadas y la insultante perfección divisible o multiplicable de los números pares me repulsen tanto porque no dejo de ser una persona que para su vital funcionamiento necesita cuadrarlo todo. Soy tan aborreciblemente cuadriculada que cualquier reflejo similar a lo que soy me agota infinitamente tratando de buscar refugio en mis opuestos. Racionalizar todo. Cerrar el círculo encajando las piezas con impecable precisión. Sin dar cabida a errores. El más mínimo contratiempo supone, para seres de mis características, un trastorno difícil de llevar, incrementando el nivel de estrés acumulable a la furia interna que aumenta a cada hora que pasa. Esto no es vida. Es lo más parecido a una agonía perpetua, la temblorosa mano que coloca carta sobre carta formando un delicado castillo de naipes que el vuelo de una mosca puede derribar en cualquier momento.



Propósito de año nuevo: Aprender a relajarme, a aceptar que las cosas salen como salen por más que hayamos puesto de nuestra parte para que fueran de otra forma.

Decían el otro día en las noticias que la mayoría de la gente abandona sus propósitos a los 15 días por falta de motivación, perseverancia. Motivos tengo: Mi salud. Perseverancia un rato: Una de mis cualidades más destacables es la tozudez, digo… la persistencia. ¿Por qué no debería conseguirlo?... Aceptar que las cosas salen como salen por más que hayamos puesto de nuestra parte… (Cerrar los ojos, repetir 10 veces y respirar hondo)





¡FELIZ AÑO A TOD@S!