lunes, 17 de diciembre de 2007

Nos leemos el año próximo


Este dibujo define bastante bien mi estado actual. Salvo por la sonrisa, el resto de los elementos de la imagen me sobrepasan: El escaso tiempo del que dispongo, los preparativos previos a los días de Navidad (de la cual he preferido omitir cualquier entrada este año, quien me conoce un poco ya sabe como me sientan estas fechas), mi hijo, mi pareja, mi ocio, mis obligaciones...

Así que me tomo un descanso hasta la cuesta de enero,que entre el frío y la todavía más apretada economía a la cual me veré expuesta, nada propiciará que salga de casa en mis ratos libres y me permita de nuevo retomar el blog y la lectura de muchos que demasiados días hace que no visito. Actualizar a veces ya no es por falta de tiempo, si no también de inspiración (o dedicación), así que no faltará pedir un poco de esto en mi carta a los Reyes Magos.

Os deseo una feliz salida y mejor entrada de año. Por mi parte os garantizo que no tengo duda que la voy a tener.

Ah! Si a alguien le toca la lotería que no se olvide que aquí tiene una grandísima amiga totalmente desinteresada en ayudarle a gastar el premio si todavía no sabe como hacerlo.





¡A tomarlo con humor!

domingo, 9 de diciembre de 2007

El cuchillo en el agua

Estamos ante una de esas películas que, cuanto más tiempo pasa después de verla, el gusto que queda en tu paladar realza su sabor.
Primer largometraje del consagrado director Roman Polanski, también criticado y cuestionado, pero personalmente le disculpo ante bodrios como La novena puerta (que aun con la presencia de mi idolatrado Johnny Deep no hay quien salve este fiasco de film) sólo por su aportación al séptimo arte con obras como Repulsión, La semilla del diablo, Lunas de Hiel, El baile de los Vampiros, La muerte y la doncella y mi “recién descubrimiento”: El cuchillo en el agua. No hubiera sido sin la recomendación de Dexter, esta vez por vía personal en uno de sus comentarios en este blog y no a través de su propio espacio Dexter recomienda desde Zaragoza (donde comenta la actualidad de la cartelera semana a semana y en donde apuesta por su recomendación) a quien recrimino que ya podría abrir su propio blog con recomendaciones de cine, fuera del año que fuera, pues créanme cuando digo que este chico sabe de lo que habla. Por otra parte, mis agradecimientos a mi particular suministrador de material, quien consiguió, una vez más, proporcionarme la película para que pudiese disfrutarla que por fortuna pude ver con él.



Una pareja se dirige en coche al muelle para pasar un fin de semana a bordo de su velero, pero la aparición de un joven en mitad de la carretera introduce un elemento distorsionador en la cotidiana vida de este matrimonio bien acomodado de la nueva burguesía. Después de su paso ya nada volverá a ser lo que parece. El estado putrefacto en el que se halla la relación entre los cónyuges puede evidenciarse a medida que avanza el metraje desembocando en un agrio final en el que la ironía dramática juega un importante papel.

La película cargada de simbolismos: el cuchillo; el lago por el que navegan, más similar a una ciénaga; la canción que ella canta; los juegos que establecen entre ambos varones; etc… sumerge al espectador en un universo que el autor va mostrando a lo largo de las horas que pasan en la embarcación y en la que transcurre la mayor parte de la película con tan sólo estos tres personajes. Durante la navegación se van desentrañando sus roles en una combinación entre lo que se dice y con sutileza, ante todo, lo que no se dice pero marcan sus acciones. El peso de los silencios, las miradas y gestos, y los símbolos a los que me refería al principio, carecen del componente actual que parte del cine oriental nos está haciendo llegar en los últimos tiempos, y sin ánimo de hacer entender con esto una opinión adversa de mí por el cine que tanto furor está creando entre cierto sector del público occidental, en el cual me incluyo, aunque mis prejuicios me provoquen arcadas por no querer formar parte de un colectivo al cual repudio. Pese a poder evocar una similitud con ese halo que desprenden algunas películas asiáticas de estar ante una situación en la que no sucede nada, Polanski construye una atmósfera asfixiante y tensa de la cual todos los integrantes quisieran huir, pero en la que contrariamente han elegido quedarse.

Volviendo a mi comparación con el cine oriental actual, he de situar la película: El cuchillo en el agua es de 1962, influenciada por la nouvelle vague. La prolongación de sus planos y la sensación de lentitud nada tienen que ver con la poética puesta en escena, a veces hasta el punto de la exasperación, de cineastas como Kim ki duk o Won kar wai (esto sería como comparar melones con mandarinas, por eso quería dejar constancia de la ausencia de conexión, por si mi comentario anterior propiciaba a la confusión)


A tener en cuenta: La lucha constante por el poder a la que se enfrentan continuamente los personajes masculinos y en la que se muestra que poseer mayores recursos (sea dinero, experiencia o conocimientos) no otorga el triunfo necesariamente. Pero qué se puede esperar de alguien que no soporta las clasificaciones por status.


Clica en la imagen

martes, 27 de noviembre de 2007

Mis datos son míos, mi tesorooo


En los últimos meses he notado un incremento considerable en las llamadas telefónicas a mi número particular por parte de empresas de otras telefonías y otros servicios. Evidentemente, el objetivo de todas y cada una de estas llamadas es la venta de algún producto, con lo que la llamada en sí se reduce a publicidad con el fin de captar un cliente. Y estoy harta. Que digo harta, que no tengo los cojones a punto de estallar porque no tengo, pero no caben dentro de mí los ovarios que me oprimen tanto de lo hinchados que están y que han terminado por hacerme estallar hasta tal punto que defeco (por no ponerme escatológica y decir directamente cago) mierda y bilis todo en uno.

Suficiente invasión a mí intimidad sufro por padecer, como el resto de los mortales, la llamada al consumo por parte de los distintos medios de comunicación públicos que no satisfechos se lanzan a conquistar más mercado entrando en nuestros hogares a través del teléfono. No contentos con sus campañas, dejan en evidencia el control al que estamos sometidos, por una parte, dándote información privada de tu propia vida sin conocimiento de haber dado tu permiso o con la desfachatez de sonsacarte, de manera directa, la que desconocen, o cuando no, la dan por sentado. Como la vez que, a causa de hallarse ausente el titular de la cuenta, tal vez yo sería la segunda persona al cargo para tomar decisiones y responder a unas preguntas, pero se echaron atrás cuando el cuestionario requería hombres de un intervalo de edad determinado, por lo que A) Siempre he sido la persona al cargo de tomar las decisiones de mi casas desde que abandoné la casa de mis padres, lo primero ofende y B) Podrían haberse ahorrado la charla, eso o si que tengo la voz grave, ¡leches!

Tras una rápida presentación por parte del teleoperador (o televendedor, no sabría como llamarles) en la cual a penas tienes tiempo de recordar su nombre por no mencionar la empresa por la cual dicen trabajar, empieza el interrogatorio, eso cuando no preguntan directamente y entonces tienes que intervenir y pedir con quien estás hablando tú. A la primera palabra que emiten ya se que se está tratando de este tipo de “conversación”, en mi caso es fácil detectarlo: Empiezan preguntando por el titular de la línea, cuando se que no da este número para nada, entre otras cosas porque no ha vivido nunca aquí. A continuación sugieren la relación/parentesco que guardas con él. Aquí empieza lo divertido: Me convierto en señora de automáticamente, parece ser que poco han avanzado los modales y la educación en cómo dirigirse a un extraño vía teléfono. El clásico esquema familiar formado por mamá-papá-niños-perro-jardín es el único modelo que conciben. Y si no, ya tienen nueva información añadida: A la pregunta: ¿Es usted su esposa? Estás atrapado, pues si respondes no, preguntan directamente de quien se trata, o si obvias te dan el trato de señora de directamente sin opción a rectificación. Si la respuesta es no, la mayoría ya delataría inocentemente más de la cuenta, como por ejemplo: no, soy su pareja, o soy la persona que tiene contratada para las tareas domésticas, o su hermana, o compañera de piso o… y en todas y cada una de estas respuestas ya hay información añadida (modernos-liberales, económicamente solvente y laboralmente bien situado, cohesión familiar, joven que comparte piso, probablemente estudiante… a saber la de cuestionarios que tienen por rellenar para afilar sus perfiles)

Al principio de recibir este alud de intromisiones me mostraba educada y tajante: No, no está. Perdone, no me interesa, gracias. Pero luego han empezado a mostrarse competitivos y persistentes y no te dejan colgar tan fácilmente respetando ciertas normas de educación que no incluyen colgar dejando con la palabra en la boca. Según me pillan me lo tomo con humor y doy respuestas de lo más ocurrentes, disparatadas, comprometidas, cortantes… Porqué se que es una batalla perdida. No van a dejar de acosarme.

En la experiencia de hoy, por el momento sólo he tenido una, pero al cabo del día todavía podría repetirse un par o tres de veces más, me he dedicado a preguntar yo quien les había facilitado mi número, no acaba de formular la pregunta que ya me estaban soltando la lista de obsequios con la que me querían conquistar (y yo, soy de las perversas mentes desconfiadas que cree firmemente que nadie regala nada a cambio de nada). Supongo que debo haberme mostrado un tanto arisca porque por esta vez he conseguido que fueran ellos quienes me colgaran el teléfono.


¿Soy la única persona a la que llaman? ¿Percibís este aumento del telemarketing? ¿Cómo actuáis en caso de encontraros en tal situación?

lunes, 19 de noviembre de 2007

Marca indeleble

Estaba tratando de dar forma a un relato que lleva semanas gestándose en mi mente pero no acaba de cuajar, no se si por falta de estructura o por mi estrecha moral que censura mi imaginación reprimiendo que la historia fluya, cansada de evidenciar mi falta de talento, doblé la hoja en la que estaba escribiendo para archivarla hasta que la inspiración hiciera acto de presencia, cuando el filo de uno de sus bordes me ha sesgado la parte reversa de mi dedo anular derecho. Justo a la altura en dónde iría la alianza, si es que la tuviese, y si no fuera porque el anillo que desposa en Catalunya se lleva en la mano izquierda, ya habría sacado una de mis conjeturas derivadas de semejante acto casual.
El corte ha sido rápido y fino. Al tiempo que doloroso. Demasiado tarde para evitarlo cuando he advertido como mi carne era rebanada por el afilado papel convertido momentáneamente en arma blanca. Rasgando la epidermis, atravesando la zona subcutánea hasta alcanzar algún capilar que seccionar hasta conseguir sangrar. Todo en cuestión de milésimas de segundo.
Me he llevado el dedo a la boca con la mano cerrada formando un puño. Mis labios han humedecido la zona afectada, chupando la herida primero y succionando posteriormente, sintiendo el sabor de la sangre.
Las plaquetas desempeñarán su labor y crearán una delgada placa en la superficie de mi piel. Testigo de mi incapacidad por escribir algo elaborado, reflexionado, organizado… En definitiva: trabajado. Y durante el tiempo que permanezca, me acordaré cada vez que vea esa efímera costra, de mi falta de concentración, de persistencia, de mi absoluta veleidad. De mi poca seriedad. La huella de mi fracaso, una vez más.
Por fortuna el rastro terminará por desaparecer. Lo difícil, como siempre, será olvidarlo.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Lo mejor de Vivre sa vie



Aquí la versión doblada al castellano (Es terrible, pero lo enlazo para quienes no entiendan el francés o el inglés. Ya quisiera poder colgarlo con subtítulos en español, pero carezco de las herramientas necesarias, lo siento, he posteado lo que he encontrado en youtube)

domingo, 11 de noviembre de 2007

Valores

Las colas ya me cuestan de entender, me molestan las que nos obligan a hacer por cualquier cuestión burocrática, en la declaración de la renta, la oficina de empleo, la renovación de documentos de identidad, pasaportes… Luego están las que en mayor o menor medida eliges libremente pero son ineludibles: visitas médicas, la compra de primeras necesidades, transportes públicos… Y por último están las dedicadas al ocio: teatro, cine, conciertos, restaurante… Pero las más inauditas a mi comprensión son, sin duda, las que esta noticia destaca. Y lo más incrédulo a mi forma de entender la vida es el orgullo de quienes las practican. Las colas de por si horas antes de que abran el establecimiento ya me parecen lamentables pero, la actitud a continuación, una vez dada por inaugurada la veda de caza me resulta bochornosa. Todos a la carrera por alcanzar una pieza de ropa carente de toda originalidad, pues son harapos fabricados a millones en cadena de una calidad pésima. Es vergonzoso. Desde el primero al último quieren ir a la moda, vestir el último grito, destacar por encima de los demás, pero, curiosamente, ese afán por ser el más fashion no deja de colocar a este tipo de persona en un gran saco donde impera un único estilo y acaba imponiéndose un cliché estético más digno de un colectivo homogéneamente uniformado lo más alejado del deseo individual por ser excepcional. No me impresiona tanto el delirio que posee a más de uno en época de rebajas, puestos a tenerse que vestir es un signo de inteligencia pretender adquirir la misma prenda a un valor inferior del inicialmente marcado, pero, está estudiado que, no sólo se compra más de lo estrictamente necesario, se acaba por gastar más. A fin de cuentas, es lo que pretende este tipo de campaña y a la vista está que les da buenos resultados.
Supongo que ponerse un tipo de ropa hace sentirse Madonna o Emmanuelle Béart (por absurdo que me parezca) y quedar a un paso de asistir a esas bacanales fiestorras cargadas de lujo y glamour que tan por los ojos entra suscitando la envidia y el anhelo de ser conquistarlas por formar parte de una élite que supuestamente te eleva en la escala social (y a mí que fatiga me entra con sólo pensarlo).
Todo esto lo asume y cumple su objetivo a la perfección la tan efectiva publicidad bajo la torrencial circulación de anuncios en los distintos medios. El gran gigante, el verdadero gran hermano, el Dios omnipotente y omnipresente de la sociedad consumista en la que vivimos. Hoy hablo de algo tan insustancial como con lo que nos cubrimos, el valor de la estética y las apariencias pero, lo inunda todo, y es una realidad en la que a la gente sólo le queda por comprar un cerebro nuevo. O no. Eso lo regalan ya con el coche que compras, la ciudad en la que vives, el partido al que votas, lo que vistes…

sábado, 3 de noviembre de 2007

Alarrota

Uno de los motivos, estúpidos por mi parte, pero que no había especificado entonces, por eliminar este blog no hace mucho (aunque el arrepentimiento no tardó en surgir y volví a crearlo), fue un arranque de furia contra la persona que más quiero, admiro y respeto (aparte de 3’15, pues son tipos de amor no excluyentes) por hacer lo mismo con el suyo. No tiene sentido que pagase los platos rotos este espacio, lo se, pero no siempre mi lógica actúa de forma sensata y coherente. ¡Y que leches!, la sí razón de la existencia de este no es otra que la que expresa el propio título, aunque a veces se acercaría más algo como Neurosis compulsiva, traumas y fobias con las que convivo.

El caso es que 160Kbps era un blog EXCELENTE, por más que su autor se empeñase en creer lo contrario. De temática musical, ahora queda un vacío en donde hubiera dado lugar a un post que estoy convencida no hubiese tardado en colgar. Y me he permitido la licencia de usurpar.




Miguel Bocamuerta se hacía llamar Alarrota. Poca información hay en la red de este cantautor calificado como maldito que decidió poner fin a su vida habiendo aportado al panorama musical de este país un solo álbum "Tú en Marte y yo en Plutón". (Se grabó en las Navidades del 2004/05 y sale a título postmortem en 2007) (Para mayor información visitar este Myspace) y el que quiera saber más sólo tiene que poner Miguel Bocamuerta en google, es absurdo reproducir aquí lo que otros han escrito.
Antes de que se plaguen los blogs con referencias a sus canciones y su talento (así lo ha vaticinado mi chico y doy fe que si para algo tiene ojo crítico es para este tipo de cosas, entre otras), me he querido adelantar como hubiera hecho él de no haber cerrado 160Kbps.

Cierto es que sus letras cautivan y su música es envolvente. Lástima que el éxito le llegará cuando ya no pueda gozar de sus beneficios económicos despilfarrando lo tan insustancial, pero necesario en esta maldita sociedad, que es el dinero en aquello que al parecer más le gustaba: las drogas, las mujeres, los ambientes nocturnos de mala vida

Su legado es breve, pero merece la pena ser reconocido, otorgándole el valor que le corresponde y ante todo, escuchado. Qué mejor homenaje.


"Por enésima vez", by Miguel Bocamuerta


Buceando por youtube he encontrado este vídeo con uno de sus grandes temas, no se si de cierto malgusto teniendo en cuenta que sesgó su vida ahorcándose. Y si la primera vez que he escuchado esta canción me he estremecido, no más al ver este vídeo ¿Adivinas por qué?

lunes, 29 de octubre de 2007

Cucurbita máxima

Los tiempos cambian. Suena a discurso de aquellos que se hacen mayores. Para bien o para mal, no entraremos a debatir sobre estas cuestiones. Cuando era una cría, las calabazas tenían diferentes significados para mí, más allá del literal del fruto en sí. Me viene a la mente los desplantes sentimentales, pero también los fracasos escolares y por descontado, el clásico entre los clásicos cuentos infantiles de La Cenicienta y su famosa carroza, con la que sin ella no habría podía llegar al baile que tan buen resultado para su futuro le tenía reservado, y todo gracias a una calabaza. Pero nunca se me hubiera ocurrido que pudiera ser un farolillo en forma de cabeza como objeto de decoración.

En mi vida he probado jamás la calabaza. Se que se prepara en pasteles, cremas y sopas, pero hasta hoy no había tenido ocasión de preocuparme seriamente en cómo cocinar este alimento. Pensaba que su interior sería más como una sandía, pero lo que me he encontrado es más similar a un melón. He leído por ahí que hay varios tipos, lo que tenía entre mis manos era bastante circular y de un color rabiosamente anaranjado, con una enorme cantidad de pulpa filamentosa que sujetaba una cantidad industrial de pepitas, y poca, muy poca, casi inexistente carne. Así que como las recetas que había hojeado hablaban todas de trocear a dados la calabaza, ahora tengo una fuente llena de algo que debe ser el interior de una calabaza pero de lo cual no se de qué se puede sacar provecho culinario. En la nevera está. No, tranquilos, no os esforcéis por aportar sugerencias. Mañana dispondré de todos los preparativos oportunos para una digna despedida de las entrañas de esta cabeza sin cuerpo que me acompañará en los próximos días.

A mí que eso de El día de los difuntos, porqué así se llama también al día de todos los santos, siempre me había dado cierto respeto, vamos, miedo. Tenía el absoluto convencimiento de que ese día era la fiesta mayor de los muertos y salían todos a darse garbeos sin molestarse en ser discretos y pasar desapercibidos entre los vivos. Más tarde crecí, que no madurar, y descubrí que para estar rodeada de fantasmas no necesariamente tienen porqué estar estos muertos.

Si mi mosqueo aumentaba, a medida que pasaban los años, por la cantidad de tradiciones que la globalización congregaba en un periodo de tiempo reducido como son las Navidades, con las imposiciones mediáticas inicialmente y posteriormente abarcando todos los campos de nuestras vidas, con Santa Claus y Papá Noeles conviviendo con mis añorados Reyes Magos, de los cuales claudiqué el año que me trajeron unos putos, y únicos, Juegos Reunidos Geyper que ni pedí, aparecía la figura de Halloween justo en la misma fecha que para mí, de toda la vida, había sido la Castañada (La noche del 31 de Octubre se celebra comiendo castañas, boniatos asados y panallets). Terror me causaba la idea indisociable de la película, pues a los muertos desatados añadimos a un psicópata con ganas de matar, no más asco-pena me producía la idea de tener que disfrazarme dos veces al año a falta de una. Los Carnavales tenían su punto, pero con el tiempo se me creaba una duda existencial difícil de resolver: ¿Tenía también que entrar a formar parte del paripé de confeccionarme un traje de bruja, fantasma sabanero o lo peor: niña gritona soltando la frasecita Truco o trato? No, no y no. No iba a sucumbir. Y mi casa no iba a adornarse con ridículas guirnaldas de murciélagos y espantosos esqueletos, ni mucho menos, tétricas calabazas con las que tener más de una desagradable pesadilla.


Pero sucedió.


El pasado jueves el padre de 3’15 le regaló una. Y una servidora ha tenido que vaciarla, hacer acopio de imaginación y dotarme de fe ciega para que, por una vez en la vida, las manualidades no fueran una de las múltiples cualidades de las que carezco. El resultado es este:


Lo se, en estos momentos es totalmente aplicable aquella frase de Groucho que decía: Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros. Y es que, la ilusión que le hacía a 3’15 por tener su calabaza de Halloween bien merecía la concesión.

Y es que, como decía al principio, los tiempos cambian, por más que queramos aferrarnos a nuestro conservadurismo natural.

viernes, 26 de octubre de 2007

¿Conoces al Diablo?

Creía que estas frases sólo eran producto de series de intriga ideadas por macabros guionistas, pero la realidad supera siempre la ficción, cosa que a veces olvidamos. ¿Conoces al diablo? Así me asaltaba esta mañana de regreso a casa, después de una larga noche de trabajo, un individuo con aspecto desaliñado propio de los indigentes feligreses de la Iglesia de San Dionisio. Sucio y maloliente, con barba descuidada, andaba a zancadas balanceándose sobre sus cortas piernas. El tipo no era más alto que yo, o tal vez por el gélido frío del rocío su cuerpo encogido aparentaba mayor fragilidad de la que pudiera tener. Todavía la luz no era clara, algunas farolas permanecían encendidas, lo que daba a la estampa mayor siniestralidad. El tipo, que caminaba unos metros delante de mí, se giró abruptamente al bordear la esquina, agudizando el factor sorpresa por mi parte y provocándome un estado de alerta en el que, en estos casos, me paralizo y un escalofrío recorre mi espina dorsal, volviéndome gilipollas y reaccionando de la manera más imbécil. Siempre, minutos después de este tipo de suceso me maldigo por no haber dicho esto o lo otro y haber hecho lo opuesto a lo que me hubiera parecido mejor. El caso es que estamos en ese punto: él se gira agitando sus brazos como si de un visionario del holocausto se tratara y me grita mientras me clava su vidriosa mirada: ¿Conoces al diablo? Puedes conocerlo algún día. ¡Es un hijo de puta! A todo esto lo más que se me ocurre decirle es: Probablemente lo haga, algún día, como todos. Y acelero el paso, no sin antes sortear la barrera a su paso a dos metros de prudente distancia de él. Suerte que no se trataba de un callejón estrecho.

El resto de la mañana no he podido quitarme de la cabeza lo absurdo de la situación.
Caminaba en dirección al colegio de mi hijo mientras contemplaba el cielo dibujado por esas nubes grises, envuelta en una humedad que me calaba el frío hasta los huesos. Y joder, en esos momentos pensaba que ya puestos, no se estaría tan mal en el calor del infierno conversando con un viejo amigo que se lo ha sabido montar tan bien.

martes, 23 de octubre de 2007

Por profunda que la sumerjas la mierda flota


¿Existe algo que produzca mayor desasosiego que vivir en un lugar remoto y aislado en dónde lo más estimulante es un cine de pueblo, una cafetería y unos billares? Pues sí, algo más espeluznante es querer huir a toda marcha para acabar echando el freno a medio camino y dar vuelta atrás, sabiendo que no existe otro lugar para ti.

Anarene existe. Aun siendo una descripción de un pueblo de Texas a principios de los 50 en el que sus habitantes tratan de sobrevivir frente a sus adversidades. Los jóvenes luchan por conseguir un futuro mejor que el vaticinado por sus mayores atrapados entre la desdicha y la amargura de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y no sólo no avanzan, si no que el aura de melancólica desazón se expande hasta crear una atmósfera asfixiante. Lo refleja el constante viento que, en el silencio, azota la ciudad. Reproduce tal sensación que uno cree tragar el polvo que el aire levanta y la espesura de la arena que niebla dificultando ver cuanto tienes delante.

A Sonny sólo le queda una cosa por aprender. Aceptar vivir con lo que le ha tocado, como el sabio de Sam trató de enseñarle mientras pudo. No hay cabida para los sueños, las esperanzas. Todo está invisiblemente pautado. La historia rezuma una tristeza de dejar atrás una época que inexorablemente no volverá, pese al desaliento de que lo que se pierde tampoco eran los años dorados. Un pesimismo abrumador embarga al espectador ante lo que está presenciando. Se entrevén los muros de hipocresía y doble moral de una sociedad que, aturdida, no parece pretender evolucionar a mejor, pues la guinda corona el pastel con el cierre del cine de la localidad que no causa si no encerrar más en la soledad y la decrepitud a sus ciudadanos, inmersos en sus frustraciones y miserias. Un desértico porvenir fauces de los fracasados personajes que configuran este colectivo anclado en Anarene.



Un film brillante.
Una vez más mi fiel fuente de suministro ha acertado con su recomendación.

sábado, 20 de octubre de 2007

5 minutos más



¡Me encanta, me encanta, me encanta este vídeo!
Y eso que Calamaro como que no mucho...

jueves, 11 de octubre de 2007

Chupapollas


Recientemente he tenido el placer de ver esta gran película: Lenny (1974)De Bob Fosse y protagonizada por Dustin Hoffman. Candidata a 6 seis Oscar de los cuales no obtuvo ninguno… bla bla bla… toda esta información y más podéis encontrar en la red.

Escribo sobre esta película porque me parece sencillamente extraordinaria y poco valorada con el paso del tiempo. Puede resultar caduco o fuera de onda, que diría Lenny, estar realzando y recomendando una historia en la que se lucha y se defiende la libertad de expresión, por los tiempos que corren, en lo que es más provocador salir en Internet completamente vestido que en pelotas. Afortunadamente la desnudez hace tiempo que dejó de escandalizar (otro debate sería el maluso de la libertad, pero eso allá cada cual). No obstante, no estamos tan lejos como pensamos, no nos engañemos, de aquella época. Sin ánimo de hacer de esto un discurso político, todavía se abren debates por como ir vestido o por otros actos puramente simbólicos como una quema de fotos, no voy a entrar en opinar si estoy más o menos de acuerdo, porque no es el caso. Lo que me motiva a hablar de este film es indiscutiblemente poner de manifiesto que, por muy por sentado que en la actualidad demos a una serie de derechos que tenemos no hace demasiado (y repito, no nos engañemos) la sombra de la censura sigue entre nosotros. Se puede decir de muchas maneras, agravio, ofensa… Lo que verdaderamente incomoda no son las palabras, son la repercusión de estas sobre la conciencia de quienes las escuchan.
Podrá cuestionarse la figura sobre la que se basa esta historia (explicado a grosso modo: el guión está construido entre un biopic del cómico Lenny Bruce mezclado con un falso documental que recoge los testimonios de los más allegados del humorista), puede que se equivocara en muchos de los aspectos de su vida personal, pero, lo que me fascina y creo que es digno de descubrimiento para aquellos que desconozcan este episodio en la historia, es como la represión y la moral malentendida de quienes están al poder, por su propia absurdidad, encumbró a este hombre de la misma manera que le condujo a su final. Sólo porqué decía las cosas tal y como son.
Y qué mejor ejemplo que recoger algunas de sus aportaciones en diversos monólogos que he seleccionado de la película:

El problema es que vivimos en la cultura del "final feliz"... la cultura del "como debería ser", en lugar del "como es". Nos enseñaron esa fantasía, si nos hubieran enseñado... “esto es así", creo que seríamos menos neuróticos. Entiéndanme. Quisiera mostrarles unas fotos asquerosas que tienen que ver con su hija y con la mía. Estas son fotos del asesinato de Kennedy. Bien... Yo digo que éstas son fotos asquerosas... porque los pies de foto son una tontería. "Ni por un instante pensó en salir corriendo." Bien, esto es una tontería. Esa es mi conclusión. "La conclusión de" Time Magazine es que la mujer intentó... bajar del coche en busca de ayuda... o intentó ayudar a los del servicio secreto. Es la conclusión de ellos y la creemos. Pero creo que hizo lo normal. Cuando le dieron al presidente y al gobernador... ¡ella intentó largarse de allí! ¡Pero quieren que creamos esta tontería! Quieren que mi hija, nuestras hijas... si un día les matan al marido... e intentan correr para salvar el pellejo... hagan lo normal, y luego se sientan culpables, como una mierda... porque no son como esa buena mujer de la fantasía. Es una asquerosa mentira decirle a la gente...si eres bueno, quédate, si eres malo, corre.
¡Porque ella no se quedó! ¡Carajo! ¡No se quedó! La gente no se queda. No. La gente no se queda.


No, no tienen que aplaudir. En serio. Es extraño. Es suficiente que estén escuchando.
Saben, es muy raro. Me solían despedir por hacer esto.


"El cómico de mal gusto, Lenny Bruce... que bromea acerca del presidente..."
Bla, bla, bla, bla. ¿Saben qué es de mal gusto? Zsa Zsa Gabor ganará 60.000 dólares por semana... en Las Vegas, Nevada... y los salarios de los maestros de escuela en ese estado, el salario máximo... es de 6.000 dólares al año. Esto es realmente de mal gusto.


Saben, estuve pensando. Quiero decir, yo soy totalmente corrupto. O sea, realmente. Todo mi número, todo mi éxito económico... lo que sea... está basado exclusivamente en la existencia de la segregación... la violencia, la desesperación, las enfermedades y la injusticia. Si, por algún milagro, el mundo entero se volviera de repente sereno... puro... yo estaría parado en alguna fila de desempleados. Ya ven, no soy moralista.

miércoles, 10 de octubre de 2007

breathe me

Quien no tiene algún trauma no sabe con la suerte que juega. Hay traumas y traumas, hay quien pensará que todo eso es una estupidez freudiana, yo que tengo los míos propios a veces incluso me río de los ajenos, o me parecen de fácil resolución, es cómodo y sencillo verlo desde afuera, pero uno mismo debe tomar distancia y ser así como enfocar los suyos, estudiar las múltiples perspectivas que puede alcanzar una misma cuestión. Con ayuda de otra visión distinta a la que hasta ahora no le ha dejado profundizar porqué dolía, y le ha sometido a una tiranía, anclándolo irremediablemente, inmovilizándole y amordazando cualquier resquicio de sensatez que intentase exterminar lo absurdo del dominio de esa irracionalidad nociva que llega a afectar al transcurso de una vida, entorpeciéndola sin poder ser vivida con normalidad (contando que exista eso llamado normalidad)

Uno puede seguir poniéndose limitaciones y excluyendo un sinfín de cosas, ¿Porqué no? Hasta que se ahoga, llegado a un punto mejor optar por avanzar. Avanzar es superar todos esos inconvenientes afrontando ese problema. Mirar hacia el interior de uno y decidir de una vez por todas que seremos dueños de nuestras elecciones.



Letra y traducción.

martes, 9 de octubre de 2007

Y me cose unas alas

Para mí lo esencial para que el motor no se pare es tener a alguien ahí, a quien querer, que te quiera, por quien existan motivos para levantarse cada mañana, aun con el pasado que pesa, el presente a veces difícil de sobrellevar y un futuro incierto. Da igual que sean la pareja, la familia, los buenos amigos...

Hoy estaba especialmente sensible y me he puesto a escuchar canciones, precisamente esta la escuché por primera vez hace muchos años, cuando eso de tener novio era algo que me quedaba muy lejos (y eso que fui precoz en asuntos sentimentales, aunque hoy por hoy el primer amor a los quince sería tardío…) y siendo niña pensaba que algún día quisiera que alguien sintiera algo similar por mí, a quien yo transmitiera en él lo que dice su letra.
Y ahora, años más tarde descubro que le quiero a morir.

La quiero a morir, by Francis Cabrel

Esta es una versión que me parece brillante

La de Manzanita no la he encontrado :(





Imagen: Mirada al Pasado, By Eduardo Naranjo

miércoles, 3 de octubre de 2007

Avisen a los gendarmes



“Vas a cumplir ochenta y dos años. Te has encogido seis centímetros, no pesas más que cuarenta y cinco quilos y aún continúas hermosa, grácil y apetecible. Ya hace cincuenta años que vivimos juntos y te amo más que nunca. Llevo de nuevo en el pecho un vacío devorador que sólo calma el calor de tu cuerpo contra el mío.”

Fragmento de:

Lettre à D., Historire d’un amour. (2006) André Gorz

lunes, 1 de octubre de 2007

Se empieza haciéndose la cama

En los últimos 10 años tal vez se había hecho la cama unas 700 veces. Eso sin contar los cambios de sábanas, que era aproximadamente cada una o dos semanas, día que aprovechaba para ponerlas en el momento en el que iba a acostarse, luego pasado todo el día, tampoco contaban.
Esa mañana se levantó e hizo la cama. Con parsimonia y pulcritud. Estirando bien la ropa para no dejar arruga alguna. Midió con exactitud visual que las partes que cayeran por los bordes de la cama fueran proporcionalmente iguales. Ahuecó incluso la almohada.
El resto del día transcurrió como cualquier otro. Nada excepcional que diferenciara la jornada. Los detalles cotidianos se sumaban a las horas que acumulaba.
Al llegar la noche, abrió un frasco y fue tomando a pequeños puñados las pastillas que contenía hasta dejar el envase vacío. Fue a su dormitorio, abrió la cama y se acostó.
No.
Al llegar la noche, se estiró en el sofá y encendió el televisor. Miró a través de la puerta entreabierta de su habitación que desde su posición alcanzaba a ver y respiró con alivio, la cama estaba deshecha.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Un día miré atrás y no vi ni mi sombra

Lamento la pérdida de las anteriores entradas y sus respectivos comentarios. Espero poder ofrecer nuevas publicaciones en adelante.